martes, 30 de septiembre de 2008

Truequeando

Era domingo, la mañana estaba ya bien avanzada y sin embargo él seguía sin arrancar. La desidia y una especie de melancolía le tenían paralizado, sin saber qué hacer. De pronto y gracias a la memoria, reparó en que una de las personas que estaba apuntada a la lista de la red de truque Zoquito echaba de menos que alguien cuidara de su perra de vez en cuando. Dos horas después, Manolo paseaba feliz por el parque de la Plata en la compañía de aquel animal misterioso, cargado de vida, y que tan buen rato le estaba haciendo pasar. Pablo