lunes, 22 de septiembre de 2008

truequeando....


Gracias a Pablo por las bonitas historias que nos cuenta




De camino a Madagascar, antes de tomar el último barco en las costas de Somalia, me llamó la atención un mercadillo de Mogadisco, que era tan simple como dos puestos enfrentados. No había más. En uno de ellos pude ver a un hombre y en el otro divisé a una mujer, lo cual me extrañó bastante, pues en países como Somalia es raro ver a las mujeres al frente de los negocios.
Tras el asombro y una breve pausa, me dirigí al puesto de la mujer, quien me pareció más atractiva y exótica que el señor de al lado. Allí, esparcidos sobre una tela desgastada y grande, encontré utensilios desconocidos, nuevos, y que no sabía para qué servían. Entonces hablamos. Yo quería saber y ella quería vender, claro.
Me explicó que todas aquellas cosas habían dado la vuelta al mundo varias veces, y que llevarlas en el equipaje era fuente de fortuna para los viajeros. Sólo Dios sabría si me estaba mintiendo o no, pero el caso es que me convenció y me vendió esta "Cajita de sueños" de la que hoy me desprendo en este Mercazoquito de Jerez.
Pablo